El hallazgo furtuito se registró en el nor oriente de la capital boyacense, en el Conjunto Residencial Villa Alejandra, cuando se estaba preparando el terreno para construir unas edificaciones, las personas a cargo de la obra encontraron la tumba en la que por fortuna alcazaron a divisar los primeros restos oseos.

Pedro María Argüello García, director del Museo Arqueológico de Tunja, explicó que en una de las tumbas se habría enterrado a una mujer de aproximadamente 20 años, y en la otra habrían sepultado a un joven de aproximadamente 15 años; conclusión a la que llegaron, entre otras cosas, gracias al buen estado de los huesos y de las tumbas.

“Estos restos arqueológicos correspondería a la época del contacto, a mediados del Siglo XVI, porque encontramos características de la tradición indígenas, pero también encontramos un fragmento cerámico con tecnología traída por los españoles después del año 1539”, explica.

Entre los elementos encontrados, en las dos tumbas localizadas, había una aguja en hueso de animal, piedras que de seguro hacían parte de un collar y que fueron traídas de la costa caribe, además de los restos oseos de los individuos, que estaban completos.

Luego del hallazgo, los elementos fueron trasladados al Laboratorio de Arqueología de la Universidad, allí serán sometidos a una serie de análisis, para determinar la información detallada del material arqueológico; conclusiones que estarían listas en algunos meses.

Argüello considera que en esa zona del nororiente de la ciudad se puedan seguir encontrando tumbas de este tipo. (Fin – Jader Silvera – UACP – URT)